La icónica montaña de Montserrat acogerá una llegada de etapa de la Volta a Catalunya por tercera vez en su historia, después de las ediciones de 1995 y de 1960. La última de ellas, el 1995, se disputó una etapa con salida desde Manlleu y llegada en el Monasterio de Montserrat, con victoria para el ciclista francés Laurent Jalabert, uno de los corredores más carismáticos de la década de los 90, que se llevaría la clasificación general de aquella edición. Por su parte, la primera de ellas se remonta al 1960, en una cronoescalada que unió Monistrol de Montserrat con el Monasterio y que ganó el mallorquín Antoni Karmany, uno de los mejores escaladores de la época.
- Comarca: Bages
- Habitantes Monistrol de Montserrat (2024, Idescat): 3.188
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Este año 2025 conmemoraremos el milenario de la fundación del monasterio de Montserrat por parte de Oliba, abad de Ripoll y de Cuixà y obispo de Vic. La historia nos dice que ya hacia el año 880 en la montaña de Montserrat había una pequeña ermita dedicada a la Virgen María. No fue hasta unas décadas más tarde, el 1025, cuando un grupo de monjes de Ripoll, enviados por su abad, construyeron un cenobio benedictino junto a la mencionada ermita. Nacía así el monasterio de Montserrat, que ha sido siempre marcado por esta doble vertiente: monasterio benedictino y santuario mariano. Es decir, un lugar de plegaria, de vida evangélica, de peregrinaje y de esperanza.
Que el fundador fuera el abad y obispo Oliba, uno de los promotores más importantes de la paz que hubo durante la Edad Media, ha marcado profundamente el monasterio de Montserrat a lo largo de su historia. Durante mil años, Montserrat ha querido ser un lugar de acogida y de encuentro, un lugar de escucha, de comprensión y de paz. Así, la impronta de su fundador potenciaba el carisma que los monjes benedictinos han intentado vivir desde bien a comienzos de la Edad Media, en el siglo vino. No en vano, uno de sus principales lemas ha estado siempre: Pax! Un lema sencillo pero profundo.
La vida monástica benedictina fue resumida de manera muy elocuente el 24 de octubre de 1964 por el Papa Santo Pablo VI en la carta apostólica Pacis nuntius, en que proclamó san Benedicto como patrón de Europa. Decía en este texto que san Benedicto y sus hijos aportaron progreso cristiano «con la cruz, con el libro y con el arado». La cruz, el libro y el arado. Tres símbolos que a lo largo de mil años también se han ido forjando en el monasterio de Montserrat, no para quedar vallados dentro de las paredes del cenobio sino para ser compartidos con toda la sociedad.
Efectivamente, a lo largo de centenares de generaciones de monjes, el monasterio de Montserrat ha trabajado con la cruz, signo de fe y de espiritualidad; con el libro, signo de cultura y de pensamiento; y con el arado, signo de construcción social y de progreso. Y lo ha hecho con la voluntad de estar arraigado en la tierra que lo ha visto nacer pero que a la vez lo ha abierto en el mundo. Arraigados en la tierra y abiertos en el mundo, testigos de fe y acogedores de todo el mundo, agradecidos por el pasado y andando hacia el futuro. Este es el espíritu con que el monasterio de Montserrat se dispone a celebrar su primero milenario de existencia.